jueves, 16 de septiembre de 2010

UN INSTANTE

Aún le quedaban marcas de un verano caluroso en el que su cuerpo disfrutó de los rayos del sol. Esta preciosa, hermosa, delicada y con su piel tierna e hidratada. Los rastros de los bikinis que durante días de calor protegían las partes más sensibles de su cuerpo la hacían más atractiva… más deseada por mis manos, por mis ojos, por mis labios, por mis dedos y por mi lengua, que sólo quería entrar en su calor.
Todavía mojada, recién salida de la ducha… me esperó de espaldas a los pies de la cama. Me acerqué a ella con deseos incontrolados y posé mis manos en sus hombros mientras inclinaba mi perfil para colar mis labios en su cuello. Le regalé miles de besos suaves y despacio… mientras mis manos bajaban hacia su cintura y sus pechos se ponían nerviosos a la espera del calor húmedo de mi boca… suspiró al sentir mi lengua rozando sus pezones oscuros… Sus pechos estaban sabrosos… los lamí, los besé y metí sus pezones en mi boca mientras mis manos se perdían entre sus muslos.

Yo, desnudo, apreté mi cuerpo contra el suyo… sintiendo mi sexo en su culo… que se abría despacio para sentir lo duro que estaba mi deseo. Quería sentirla gemir, cómo se corría sin necesidad de ser penetrada… Mis labios perdidos en sus pechos… y mis manos suaves contra su pubis peludo pero cuidado… mis dedos abrían su sexo con calor y ganas de saborearla. Su clítoris… mojado y recio… quería más… mis dedos lo rozaban… el clítoris excitado y sus labios vaginales mojados, dulces… tiernos, mientras mis dedos entraban en su coñito… que cada vez estaba más mojado… Su pasión se perdió entre mis manos… se encogió y gimió con dulzura…Levantó su mirada… me buscó, pero… la ausencia fue superior al pecado.
Siempre la llevaré en mi retina… y su olor impregnará mis deseos eternamente…

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